Mujeres:

A todas las mujeres del mundo,
les dedico este poema,
pues se merecen todo,
y luchar vale la pena.

Pidieron a gritos vuestros derechos,
revolucionarias murieron por ello,
el paso final está cerca,
combatamos todos juntos.

Juntos contra el machismo,
juntos contra la xenofobia,
juntos contra el racismo,
juntos contra la exclusión.

Y juntos por la igualdad,
pues somos todos lo mismo,
juntos por la libertad,
tanto mía como la del prójimo.

Espero que demos ese paso,
en un tiempo no muy lejano,
amigas, hermanas, madres,
parejas, o quien seas,
ojalá miremos al pasado,
y podamos decir que todo ha terminado,
y todos juntos nos queramos,
¡por el bien, la libertad, y los derechos igualitarios!

Antes y ahora:

Antes, te tenía conmigo,
te sentía en mis pensamientos,
nos callábamos mutuamente,
éramos mutuos, uno al otro.

Las noches no existían,
eran días de sueño,
después de tanto amor
mi mirada en la tuya.

Tus labios de fuego,
no me quemaban,
pues solo me animaban,
a seguir con el juego.

Y ahora, cuando te has ido,
me siento frío y solo,
ya nada es importante,
solo quiero perecer.

Con las cuencas inundadas,
observo el vacío en la conciencia,
mientras mi huesudo cadáver,
se convierte en polvo de estrella.

Y así, desaparezco,
vacío, como el corazón malherido,
como aquel ángel caído,
después de quedarse sin alas.

Sumiso:

Domíname y hazme tuyo,
muérdeme y aráñame,
mientras me haces un masaje,
mientras follamos de forma salvaje.

Dame la vuelta,
mírame a los ojos,
acércate y susúrrame:
"Eres solo mío".

Desliza tus uñas en mi espalda,
suaves azotes en el culo,
me seduces y me atraes,
y me haces totalmente tuyo.

Dame la vuelta,
acércate a mi,
bésame, despacio, muy despacio,
y cógeme del cuello.

Te daré todo lo que quieras,
con tal de que me dejes marcado,
las uñas y mordeduras,
y algunos moratones y señales,
                                                 [de una guerra dura.

Y todos los días,
de esta peculiar manera,
contigo quiero pasarlos,
con tal de que no sea mío,
hazme tuyo con un mandato,
y aunque me hagas lo descrito,
también dame cariño,
abrazos y besos apasionados,
y cállame con tus manos en el cuello,
mientras nos hacemos más traviesos.

Dama perfecta:

Casi estoy contigo, 

pues me encuentro a punto de ti,
solo a un suspiro,
de poder contemplarte.

Eres, lo que más deseo,
siempre te hallas presente,
en cualquiera de los cuatro vientos,
sin importar que clima hace.

Ojalá poder saborearte,
poder irme contigo lejos,
más allá de lo imaginable,
barco sin rumbo fijo.

Sí, a ti me refiero,
te veo, y yo no puedo,
no puedo aguantarme más,
quiero tenerte ya.

Así que, así lo hago,
me asomo a la ventana,
ya te veo el rostro,
cada vez más cerca de ti,
cada vez más cerca del suelo,
cayendo en el sueño eterno,
de querer tenerte conmigo,
mi amada muerte.

Inexistencia:

Inexistencia de mí mismo,
sé que no me conviene,
pero aún así, me duele,
y yo no puedo hacer nada por ello.

¡Ayuda, ayuda es lo que necesito,
de alguien que me quiera,
de alguien a quien le importe!

Parezco saber mucho, pero no es así,
soy un ignorante, pues no tomo en cuenta
que nadie me quiere, que a nadie le importo,
muero, muero frío y solo.

¡Pierdo, pierdo las esperanzas,
de que alguien se preocupe,
alguna vez de mi existencia!

¿Acaso si no existiera, daría igual,
moriré solo y ya está?
¿Acaso valgo la pena, o no es cierto,
y por eso estoy vivo pero muerto?

Algún día a lo mejor descubro la verdad,
espero que no sea la que creo,
si es así realmente,
un mal futuro me espera, casi presente.

Estado puro:

Eres más bonita que una puesta de sol en verano,
más hermosa que las flores de la primavera,
y más alegre que la brisa,
que aunque fría,
no consigue apagar el fuego constante de tus mejillas.

Con tu alegre sonrisa, y tu cálida mirada,
aunque te tomas por fea,
solo belleza contempla mi vista.

Con esmero intento describir,
la esencia de tu belleza,
aunque me es cada vez más difícil,
pues ni los mejores escultores,
podrían jamás llegar a tu perfección.

Aunque oscuros ojos, observo a través de ellos
un alma blanca y pura, de bondad desbordada,
pues cada vez que sin vida me encuentro, y me falta el aliento,
consigues llenar mi alma de amor puro y verdadero.

Te quiero, sí, te quiero, y ojalá no te eche de menos,
pues solo se daría esto, si te vas lejos,
y no es lo que busco, pues lo que quiero,
es tu presencia en mi mente y recuerdos.

Y termino susurrando a la luna,
que cada vez que te vea,
brille con más grandeza,
pues sabré que esta habrá visto,
la belleza descrita en estos versos
                                                      [de la noche.